martes, noviembre 10, 2009

Hablando sobre videojuegos...

Ayer probé la demo en PS3 del nuevo Dragon Ball Z: Raging Blast, y lo único que pude pensar fue "vaya truño de juego", aunque eso también me lo produjeron los Budokai Tenkaichi, y esos son juegos que han tenido mucho éxito, y al parecer hasta son buenos. Mi gusto por los juegos de Dragon Ball se perdió en el Bola de Dragon Z 2 de Super Nintendo y se recuperó con el Dragon Ball Z Burst Limit, que era mejorable pero que desprendía una sensación infinitamente mejor que el que estuve probando ayer.

Leyendo los comentarios a las críticas sobre el juego, descubro que una importante cantidad de aficionados están encantados, ahora viene con un montón de personajes, vestiditos y escenarios. Parece que es lo único que les importa, friki-videojuego al peso, y esto me lleva a recordar algo que pienso desde hace mucho tiempo... cada vez hay más juegos cuya experiencia de juego requiere que te dediques una vida a ellos. Desbloquear quinientas cosas y recolectar más objetos que Mario moneditas doradas parece el mayor aliciente de un juego que por otro lado si no fuera porque te lo has comprado haría tiempo que lo hubieras desechado.

Lo básico de un juego es que la mecánica del mismo sea divertida, y luego ya si le meten argumento y unos momentos de cine pues mejor que mejor. El Tetris no tiene argumento, ni otras tonterías de contenido desbloqueable y es muy divertido, todo un clásico del entretenimiento electrónico. Los juegos con un sistema de juego fallido no se arreglan añadiendo una variada plantilla de personajes, vehículos, escenarios, pegatinas y otras tonterías. Pensando en esto se me ha venido a la mente el modo aventura "El Emisario Subespacial" del Super Smash Bros Brawl. Chorrada donde las haya, vayamos a las tortas y olvidemos eso.

Esto del contenido que se va desbloqueando a medida que juegas, para cierto tipo de juegos, es gracioso, para otros, no hace ni puta gracia. Por ejemplo en el Guitar Hero 3 no podías tocar ciertas canciones si no habías llegado progresando en el modo carrera al tema concreto, y por tanto eso de echar una partida rápida con un colega que se lo ha traído a casa para flipar tocando "Through the fire and flames" de Dragonforce queda desechado, esta limitación quedó resuelta en el Guitar Hero 5, menos mal que se dieron cuenta del error.

La crítica negativa más habitual que leo últimamente "poco rejugable". A ver ¿cuántas veces en tu vida, después de ver una película, tienes la imperiosa necesidad de repetirla? Esta observación sobre la rejugabilidad va seguida por la de "es corto". Veamos, un ejemplo sencillo, la película Star Wars Episodio I sería mejor película si hubiera durado la mitad, no al revés. Tomar algo como la duración del juego como algo a valorar positivamente o negativamente no me parece adecuado. Es como quejarse de que la sal es salada. En los mismos sitios alaban al Monkey Island como obra maestra (y también sólo rejugable cuando has olvidado la historia) y acto seguido dicen que está muy mal que el Prince Of Persia lo juegues una vez y pierda el interés. Un gran WTF para esto.

Sea corto o largo un juego lo que importa es que el rato que pases jugándolo te guste, que valga lo que piden por él ya es otra cuestión. Siempre prefiero seis inolvidables horas de entretenimiento que veinte de simple videojuego.

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