martes, septiembre 01, 2009

Tanto silencio, y lo que queda por hacer.

Al mirar esta página sin actualizar desde el primero de julio, puede parecer como si mi vida estuviera tan muerta como el pez que sacó la hija de Bill de la pecera. Esta apreciación estaría bastante alejada de la realidad, pero durante un tiempo me he sentido más cadáver de lo que me gustaría, sin pulso, como un zombie arrastrándome errante durante más de un mes, pero es que si usara el lenguaje informático aplicado a ese momento, me encontraría describiéndolo como un fallo general del sistema con BSOD (Blue Screen Of Death) que no se arregla ni reiniciando. Problemas laborales... de repente, un día, todo se precipita y va de culo.

Ahora, ya más tranquilo, estoy saliendo del hoyo, arreglando los errores, y reconduciendo mi existencia. Suerte que tengo a los amigos y familia apoyándome. Lo que ha pasado es una cosa que se iba notando llegar... pero creo que sería como cuando alguien se tira desde un precipicio, si tiene tiempo de reflexionar durante la caída podría llegar a pensar que ya sabe sobradamente que va a doler cuando se estampe contra el suelo, que gritar no cambia eso, pero ya que está cayendo y en algún momento se volverá un cromo contra el suelo, mejor será disfrutar de las vistas e ignorar que estamos en trayectoria de colisión.

Llevaba dando vueltas demasiado tiempo a este problema sin enfrentarme a él, pero ya está cogido el toro por los cuernos, sólo queda rematar la faena.

3 comentarios:

Lobo dijo...

Pues aún odiando el tema taurino, a ver si sales de la faena con las dos orejas y el rabo.

Zacarías Plissken dijo...

Hombre, me alegro de volver a leerte!

Tranqui, que de todo se sale.
Yo también tengo un lío encima que ni me lo creo aún, pero no nos queda otra que sacar pecho.

Suerte, maestro!

Ikaru dijo...

Lobo, confío en salir de la faena con las dos orejas y el rabo, literalmente. XDD

Gracias por los ánimos.

En estos momentos me acuerdo de cierto conejílope de Pixar.