"You don't need your name in bright lights
You're a rock star"
-Jamiroquai
De todas las cosas que pudiera escribir, sin duda, las más difíciles de narrar, son aquellas que me alegran. Escribo sin dificultad cuando estoy triste, melancólico, nostálgico, pero cuando estoy contento, entonces, no suelo escribirlas, son cosas que guardo para mí.
Dicen que el tiempo cura las heridas... pero no es el tiempo, es la misma vida la que te cura, si te dejas claro. Ella me ha alimentado, desde muy adentro, poco a poco, cada día, con cariño, con detalles, con esfuerzo. He caminado por mi particular valle de sombras, con paso firme y decidido, y cuando perdía rumbo algo pasaba que me reconducía al buen camino. Todo lo que se ha ido presentando ante mí me ha dado más de lo que podía desear y ahora tengo a mi alrededor tanto que no sé qué he hecho para merecerlo.
Cada día que pasa redescubro aspectos de la vida que me gustan. Últimamente rara es la semana en la que no conozca a alguien nuevo o vuelva a encontrarme con gente a la que hacía eones que no veía. Ponernos al día, bromear, conocernos, jugar. Pasar mi tiempo con ellos me llena. Cada uno me enseña, y a través de ellos cada día aprendo más de mí mismo. Creo tener claro que soy un ejemplo de que el ser humano es un ser social, o por lo menos yo como ser humano me siento más pleno buceando en el mar de la amistad.
(Empiezo a tener la "ligera" impresión de que cuando me pongo a escribir, o es para algo trascendental, o entonces no escribo nada. ¡Diox! que tarde es, y mañana trabajo, maldito cambio horario)
Ese sentimiento que me produce el cambio horario.
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