Cosas...

El fin de semana pasado volví a sonreír de verdad. Hacía tiempo que no conseguía dibujar una sonrisa sin que se estrellase con la depresión que solía convertir cualquier posible alegría en algo amargo y ajeno. Ya empezaba a pensar que no conseguiría volver a tener momentos de paz... aunque fuesen breves. Parece que mis neuronas poco a poco se van reordenando, en el fondo, si las dejas, ellas solas encuentran el modo. Así que bueno yo las he dejado, aunque a veces les he tomado prestado un poco de su tiempo para otras tareas.

Estoy en primero de japonés y de alemán. Empecé la semana pasada. Como aprenda voy a saber cuatro idiomas, y si va bien, probaré con el francés y el italiano (bueno, esto último ya es pasarse, que los idiomas no se aprenden de la noche a la mañana) Japonés es divertido: estamos 130 personas (mañana las contaré y pasaré un informe) haciendo el tonto para aprender las letras, y repitiendo los sonidos para pronunciarlos correctamente. Así que las clases se pasan volando, ya se contar del uno al cinco y me sé un total de 10 letras, mañana serán 5 más. Alemán en cambio es más feo, o al menos de momento, me cuesta enterarme de cómo se pronuncia, es que es muy complicado, yo creo que mis neuronas no dan para tanto, pero bueno a ver si con la práctica se ejercitan un poco y dejan de estar tan anquilosadas.

Parece que voy saliendo del hoyo (como dice hestoyjarto) pero mejor no confiarse, ahora a andar con pies de plomo. ¡Todas las neuronas presentes, maaaaaaarchen! ¡un, dos, un, dos, un, dos!...