Rainy Day

Llueve, es temprano, no se como me levanté hoy, se me olvidó poner el despertador, pero mi cuerpo se movió solo, él sí que sabe cuando tiene que dejar de soñar. Pocas veces me levanto y me acuerdo de lo que mi mente ha estado dibujando en mi subconsciente. Tal vez este de hoy fuera de los más bonitos que haya tenido en mucho tiempo, me he levantado con algo más de energía. ¿Cómo algo tan etéreo como un sueño puede dejar una sensación tan calidad, como si fuera real? y, en cierta manera, dentro de uno mismo, lo es.

Este tiempo hace extraña a nuestra ciudad. A esas horas de la mañana, fría, nublosa, más centroeuropea de lo habitual, pero con un halo onírico, me resulta agradable. Tal vez sea la ruptura con la rutina climática de este lugar que llamo mi ciudad.

Casi parece que no he salido del trabajo cuando ya me he vuelto a sentar en la silla y retomo los quehaceres "propios" de mi labor. Entre ayer y hoy solo ha pasado un simple parpadeo de ojos, y así parece cuando miro por la ventana, la luz, como la de ayer, tan oscuro, pero es por la mañana, como si no hubiese habido intermedio entre ayer y hoy.

El tiempo marcha lentamente, se mueve a voluntad, a veces largo, a veces breve, hoy resulta grisáceamente bello.

Sigo sin volver al ejercicio, no encuentro el momento. Toca reestructuración de mi tiempo. A estudiar japonés que si no Paula se va a encargar de matarme a collejas el próximo día, o quizás sí que consiga pintarme la cara esta vez.