Son esas porciones de código sin las cuales nuestro flamante sistema operativo y sus veinte mil utilidades se quedan en nada. Trastear con la Beta del Windows Vista me ha recordado lo fundamentales que son estos drivers. Uno, cuando lleva un tiempo con todo perfectamente configurado, se olvida de que existen, pero me pasó que el Windows Vista, tras su instalación, no me reconocía bastantes cosas, como era previsible. Pero fue traumático no encontrar drivers para que el hardware funcionase.
De todo lo que no podía "controlar", la Tarjeta de Red y la tarjeta de sonido se llevaban la palma. Actualmente si un ordenador no tiene Internet no tiene nada, y mi tarjeta de red es la que me conecta al router que me conecta a Internet, así que yo no tenía nada. Sin Internet no iba a poder arreglar el problema de drivers. Lo necesitaba para no tener que estar de un lado para otro entre Windows XP y Windows Longhorn (digo... Vista), para buscar y probar los drivers respectivamente. Tras muchas horas di con la solución en una página que me decía que probase una versión concreta de unos drivers de Windows 2000, así lo hice y el paso a Internet se abrió.
De la de sonido mejor no hablemos, no hay nada, nada de nada. Así que de que me sirven las maravillosas nuevas funciones para gestionar los archivos de música si no puedo oírlos.
Nada, estamos a merced de los fabricantes.
martes, agosto 09, 2005
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario