miércoles, noviembre 26, 2008

Superpoderes.

De pequeño creía de verdad en los superpoderes. No todo el mundo los tenía, pero algunos sí. Sólo tenían que descubrirlo. Yo pensaba que podría volar. Durante mucho tiempo lo intenté. Con mi traje homologado de Superman, con capa y todo, saltaba desde la escalera de mi casa todos los días. Primero desde el primer escalón, después incluso desde el quinto o el sexto. Había dominado la técnica de amortiguado de caída, pero nunca funcionaba lo de volar.

Con el tiempo empecé a aceptar que a lo mejor yo no tenía ese superpoder. Alguno tendría pero no sabía cual porque siendo mi padre el verdadero Superman, lo normal es que algo de superpoder hubiera heredado. Pero el sueño se rompió, descubrí la verdad, fue traumático, en serio. Mi padre no volaba (aunque se defendía diciendo que lo hacía cuando no mirábamos) pero ya no le creía. La realidad, y la fuerza de la gravedad con la que había empezado a entablar una relación de bastante confianza, me recordaban unas leyes que los personajes de cómic, y por supuesto mi padre, tenían que respetar.

Ahora con los años, vuelvo a creer en los superpoderes, pero de otra manera. Lo veo más bien como habilidades especiales. Las he ido descubriendo a través de distintas personas. Características excepcionales que las hacen únicas y que, para los que no tenemos dicha habilidad, lo vemos como algo tan inalcanzable como el volar. Aparentemente parecen cualidades más accesibles, por aquello de que no hay rayos ni cosas que desafían la física conocida, pero para mí son una auténtica proeza.

Me fascina mucho una habilidad en concreto: la de conseguir compaginar hobbies, familia, trabajo y proyectos, algo que definitivamente creo que está fuera de lo posible para mí. ¿Cómo pueden organizarse la vida para abarcar satisfactoriamente tantos elementos? Ese es un misterio para mí. Tal vez sea que la naturaleza del caos (que tenemos los caóticos como yo) nos impida poder ver esa realidad organizativa tan normal para estas personas. Yo las encuentro excepcionales.

De momento creo que seguiré tratando de teñirme el pelo de amarillo a base de poner cara de estreñido, creo que es más probable que lo consiga.

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