Para llegar a donde ningún hombre ha llegado antes...

Con estas palabras termina la serie Star Trek Enterprise. Unas grandes palabras que marcan a la generación que ha vivido en la ciencia ficción viajes más allá de nuestro simple mundo, pero que sin embargo pienso que van más allá de simples aventuras.

A cada paso de esta serie, como si de un cuento clásico se tratase, se puede extraer una reflexión sobre algún aspecto de la vida. En un momento en el que la falta de entendimiento y en el que la labor por aproximar a los que no encuentran puntos comunes en los que cimentar las bases de la mutua comprensión fracasan, esta serie plasma una máxima a la humanidad con una meta simple de plantear y muy difícil de lograr, llegar a ser mejores cada día.

Con esta serie, pienso que llegaron a conseguir narrar en el lenguaje moderno de la narración audiovisual, algunas de las situaciones complejas de la humanidad y de los problemas de fondo que deben ser superados para lograr un futuro mejor. Se nos da la clave, y se nos recuerda, que lo que hacemos ahora, en este momento, es importante y que no hay nada insignificante para el futuro, pues los errores de hoy tienen sus consecuencias a corto o largo plazo.

"Llegar a donde ningún hombre ha llegado antes" no creo que solo se refiera a lugares distantes: ningún hombre ha vivido en una sociedad que remotamente se acerque a la futura que vislumbra Star Trek para la humanidad, y llegar a ello debería ser algo a perseguir sin más dudas.

Con grandes metas se alcanzan grandes logros.